jueves, 2 de septiembre de 2010

Más vale prevenir que pagar (El Comercio)


INICIATIVAS. Una conocida frase resume la película “Spiderman”: “Un gran poder trae una gran responsabilidad”. Hace unos días un 

amigo, empresario y emprendedor de última hora me daba su propia versión de tal línea
Por: Alberto Limache Ramírez
Jueves 2 de Setiembre del 2010
Hojeando sus boletas y facturas y mirando por enésima vez la versión doblada de “Spiderman” en la televisión, David replanteaba a su manera las sabias palabras del tío de Peter Parker: “Con un gran –y nuevo– negocio, también viene una gran responsabilidad… tributaria”, se lamentaba.
Él, quien es economista y trabaja en una empresa nacional, se refería a las obligaciones nuevas que ahora debía asumir por un negocio que había abierto: un pequeño restaurante de menús aprovechando la cochera de la casa de su madre.
Tras nueve meses de operar con éxito, el campanazo de alerta le llegó cuando uno de sus clientes (“un chiquillo de 16 años”) le exigió la entrega de su comprobante de pago. Ese cliente estaba al día con la campaña de comprobantes del ente emisor, y sobre todo con el sorteo de S/.40 mil que acompaña a esa campaña.
“Sí emitíamos comprobantes, pero ese reclamo me hizo reflexionar si llevaba bien mis asuntos con la Sunat, de la que antes no sabía más allá de lo establecido en mi boleta mensual de planilla. Consulté con un contador y me percaté de que ahora tengo un problema contable en ciernes”, explicaba.
EL COSTO DEL ORDEN
Estos casos son más comunes de lo que creemos entre aquellos profesionales, dependientes e independientes, que nos animamos a realizar labores extras que no son declaradas adecuadamente ante la Sunat.
Otro caso: Antonio, un buen amigo y excelente periodista, vivió un caso similar. Casi toda su carrera la hizo como profesional independiente.
“Tenía la idea de que era suficiente contar con un RUC para pasar mis recibos por honorarios. Pero no tuve la precaución de pedir boletas y facturas que posteriormente me enteré de que podían ayudarme a bajar el pago de impuestos”, aseveró.
Su problema se agravó cuando comenzó a publicar libros y recibir regalías. “Mis pagos no eran correctos y al final llevar esto de manera desordenada me ha hecho perder plata por todos lados”.
Hoy su situación ya está saneada pero, entre multas y moras, la gracia le costó 40% más de lo que hubiera pagado llevando bien sus cuentas.
CAMBIOS
Un caso más: Mariella, médica veterinaria que posee una pequeña clínica en Maranga. Ella emitía recibos por honorarios a sus clientes y se jactaba de tener al día sus cuentas con la Sunat.
“Sin embargo, como tenía espacio en mi local, decidí ser representante de una línea de comida balanceada para perros, a lo que agregué otros artículos para mascotas que comencé a vender en mi consultorio”.
Lo que no se percató es que la primera bolsa de comida vendida cambiaba su situación ante la Sunat. “Luego de un mes de estar así, averigüé que ya no debía dar recibos sino comprobantes de pagos”.
EVALUACIÓN
Un comentario común de los protagonistas de estos casos es que, cuando evaluaron esas nuevas oportunidades de negocio o de ingresos extras, incorporaron tardíamente a la autoridad tributaria en la ecuación. Una de las máximas de los teóricos de la evaluación de proyectos es que la carga tributaria debe estar desde el inicio porque puede quitarle atractivo a una buena iniciativa.
Voceros de la Sunat indican que la información sobre responsabilidades tributarias está disponible en sus módulos en todo el país, o en la guía tributaria en la página web de esa entidad (http://www.sunat.gob.pe)
Sin embargo, Sandro Fuentes, tributarista del estudio Rodrigo, Elías & Medrano Abogados, opina que las cosas no son totalmente transparentes para todos. “Es innegable la complejidad legal del sistema tributario, parece que ha sido escrito para los asesores más que para los contribuyentes”, comenta.
Fuentes sostiene además que en materia tributaria el Perú no reconoce su diversidad. “La ley exige el RUC a un confeccionista de Gamarra, lo mismo que a un agricultor de subsistencia que prefiere, para salir de la miseria y de la ilegalidad, sembrar cacao o café en lugar de hoja de coca”.
Pero el ex superintendente de la Sunat también critica a los contribuyentes. “Es asombroso que la mayoría de infracciones tributarias sean cometidas por quienes –al menos en teoría– están mejor instruidos; acceden a Internet; consumen información y, por tanto, están en mejores condiciones de saber cómo tributar o cuando menos para no ser sancionados”.
Sin duda, el tributario es un tema complicado. Si hubiera un consejo para esto, creo que aplica el que alguna vez escuché a mi padre: “Además de un buen médico, entre tus mejores amigos debes tener a un buen contador”.

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